No
puedo recordar la primera vez que sentí interés por una piedra,
aunque de muy pequeño los “pedruscos” ya me gustaban. Mi primer
recuerdo concreto es el de una excursión escolar cuando tenía 10
años, en la que fuimos a buscar fósiles. Lo que de verdad a mí
me gustaba eran los minerales y muy pronto tuve claro que quería estudiar
Geología.
Mi padre me acompañaba a buscar minerales y mi experiencia fue totalmente
autodidáctica leyendo libros de minerales que encontraba en las librerías.
No conocía la magnitud del mundo que giraba entorno al coleccionismo de
minerales, mi pasión se limitaba al reto de encontrar nuevas especies
y ser capaz de identificarlas.
Cuando comencé la carrera vi mi sueño realizado y me sentí muy
feliz, pero la Mineralogía es una pequeña parte de la Geología
y muy pronto el romanticismo dio paso a duras horas de estudio. Cuando acabé la
carrera en 1992 mi pasión por los minerales fue sustituida por la preocupación
de encontrar trabajo.
La realidad del mercado laboral
me llevó a trabajos que no tenían
nada que ver con los minerales por lo que al cabo de un tiempo acepté el
reto de continuar el negocio familiar en el que trabajé durante cuatro
años. La jubilación de mis padres y la escasa viabilidad futura
de ese negocio me llevaron de nuevo a buscar trabajo así como a hacer
un curso de Gemología.
Esto y la casualidad me llevó a
entrar en contacto con Fabre Minerals. En la Feria de Sant Celoni del año
2003 encontré el stand de Jordi
Fabre y me gustó mucho lo que vi, de manera que cogí una tarjeta
suya. Días después me di cuenta con sorpresa de que el local de
Fabre Minerals estaba muy cerca de mi casa y como en el curso que estaba haciendo
había la posibilidad de hacer prácticas en una empresa, decidí llevarle
mi currículo a Jordi. De manera que primero en prácticas y luego
contratado, este fue el inicio de mi relación con Fabre Minerals, en donde
trabajo actualmente.
Trabajar
en Fabre Minerals me ha permitido reencontrarme con la mineralogía y descubrir
la importancia del coleccionismo de minerales a nivel internacional. También
me ha permitido conocer de cerca las ferias de minerales más importantes
del mundo.
Lo que mueve todo esto es lo
mismo que me hacía mirar el suelo siempre
que podía cuando yo era pequeño. Aunque se podría describir
de muchas maneras, a mí me gusta llamarlo pasión.
Jordi Deusedes 
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aniversario