En Mineralogical Record de Mayo-Junio
2006 apareció el artículo "La Venta de Minerales por Internet"
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Introducción Este año es el del 10º aniversario de las primeras ventas de minerales por Internet, o mejor dicho, el año en el que se empezaron a visualizar on- line las tres primeras Web dedicadas únicamente a vender minerales de colección al público. Estas tres primeras Web fueron las de Jordi Fabre, Rob Lavinsky y John Veevaert y las tres siguen funcionando bien pese a la enorme competencia que se ha ido desarrollando durante estos años en el ciberespacio. Internet es actualmente una gran potencia en el mercado de los minerales, por lo que hemos pensado que era el momento adecuado para echar un vistazo a sus ventajas e inconvenientes. En este artículo se ven diferentes opiniones sobre este tema, de 4 diferentes personas relacionadas de un modo u otro con este fenómeno. Estas personas son: (1) alguien alejado del fenómeno: John S. White, (2) un comerciante de Internet: Jordi Fabre, (3) un comprador por Internet: Wendell E. Wilson y (4) alguien que utiliza Internet como fuente de información: Thomas P. Moore. Todos los comentarios de los lectores son bienvenidos.
John S. White Se me sugirió que era el momento
de publicar un artículo sobre la venta de minerales por Internet, y acepté
el reto pese a que tengo muy poca experiencia directa en la compra por Internet
y prácticamente ninguna en la venta. Tengo que confesar que como con otros
cambios radicales en el mercado (ver mi artículo acerca de las ventas previas
a los shows, Mineralogical Record Volumen 3, 1972) yo era escéptico respecto
a que este fenómeno adquiriese importancia. |
Era, y todavía
es, imposible ignorar que si no se asiste a un show como (por ejemplo) el de Tucson,
el dinero que nos ahorraremos puede ser invertido comprando ejemplares por Internet.
¿Por qué desperdiciar 1000 US$ en el viaje, comida y estancia en
Tucson para comprar un par de piezas de 50 a 100 US$, cuando uno puede gastar
esos 1000 US$ en mejores ejemplares escogidos en el ordenador, asumiendo que uno
es un comprador atento? Aparentemente esto tiene mucho sentido, pero después
de toda una vida comprando minerales, sigo pensando que no hay nada que pueda
reemplazar el examinar personalmente un ejemplar antes de tomar la decisión
de comprarlo. ¿Qué pasa si cuando lo recibe no le gusta el ejemplar
que ha escogido en el ordenador? Si lo devuelve, deberá reempaquetarlo,
enviarlo y esperar que ese ejemplar llegue a manos del vendedor en el mismo buen
estado que él lo recibió. ¿Quién paga entonces el
coste del envío y del reenvío? ¿Qué pasa con el coste
del seguro? Si el precio del ejemplar no es muy alto, ¿no estará
tentado el comprador del ejemplar en quedárselo antes que tener las molestia
de reempaquetarlo y enviarlo de vuelta? Yo me imagino que él o ella van
a considerarlo una lección de coste bajo, van a quedarse con el mineral,
y nunca más van a comprar vía Internet. Estoy seguro que son muchos
más los ejemplares cuya compra finalmente resulta decepcionante vía
Internet que en los shows. Sin embargo las ventas por Internet parecen ser un
buen mercado como lo prueba el hecho de que el número de comerciantes on-line
es cada vez mayor. Otra de las ventajas de asistir a lo shows y con la que Internet no puede competir es poder comparar los ejemplares. En los shows hay la posibilidad de ver muchos ejemplares de una localidad en especial o incluso de muchas localidades y esto da al comprador interesado la posibilidad de comparar calidades y precios. Hay vendedores que tienen en los shows cajas y cajas de diferentes ejemplares del mismo mineral, por lo que hay muchas posibilidades de encontrar allí un ejemplar que realmente nos guste. Un comerciante de Internet puede exponer varios ejemplares del mismo mineral pero no en cantidades tan grandes como para que podamos hacer una selección exhaustiva. Tampoco hay muchas posibilidades de ir a ver qué ejemplares de esa especie ofrecen los otros comerciantes on-line dada la enorme cantidad de tiempo que se necesitaría para descargar y escoger entre las muchas web que existen. Hay tantas páginas web que deberíamos pasarnos horas sentados frente a nuestro ordenador para poderlas ver todas. Otra de las ventajas de asistir a los shows es el hecho de que los coleccionistas establecen una relación especial con algunos comerciantes, con lo que esos comerciantes pueden llegar a conocer bien el gusto de estos coleccionistas y les pueden separar ejemplares para que ellos los vean. Es difícil poder gestionar esto en las ventas por Internet. Muy a menudo me sucede que cuando estoy navegando y veo distintas páginas, me doy cuenta de que las piezas que me podrían haber interesado ya han sido vendidas. En los shows, los comerciantes pueden dejar separada una pieza durante un tiempo para un comprador potencial, y me parece que esta posibilidad no es muy bien vista por parte de los comerciantes en las ventas por Internet. Tengo que confesar que hasta ahora no me han impresionado mucho los minerales que he visto a la venta por Internet. La enorme mayoría son ejemplares ante los que no me hubiese detenido para contemplarlos en el stand de un comerciante en los shows. De todos modos, esto es también totalmente aplicable a los ejemplares de los shows. De hecho hay varias similitudes entre las ventas en los shows y las ventas por Internet. En ambos casos los compradores expertos tienden a gravitar alrededor de determinados comerciantes cuyas posibilidades de ofrecer minerales de calidad son altas, y además también inspeccionan a fondo los lotes de comerciantes poco conocidos con la esperanza de encontrar "chollos", o sea ejemplares muy buenos o interesantes que el comerciante haya valorado a un precio inferior o muy inferior a su precio real. |
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